Proclama de la Comunidad Islámica de El Salvador
Además de que el Islam es una
religión de paz y tolerancia, hermandad y concordia, debemos considerar
un punto adicional que es necesario subrayar.
Somos musulmanes,
pero también somos salvadoreños y estamos conscientes que necesitamos
unirnos, evitando antagonismos estériles y confrontaciones
innecesarias. Como Centro Geográfico de América, debemos ser un punto
de luz, de acercamiento, solidaridad, y paz, para ser puesto como
ejemplo y referencia a nivel mundial y para otros sectores de la vida
nacional, incluyendo la política. Como ejemplo más evidente es el
intercambio de visitas y convivios fraternales entre los máximos
líderes de las Comunidades judías y musulmana, tanto en la Mezquita,
como en la Sinagoga y en los templos de otras iglesias, Cristianas y de
otras denominaciones.
Los musulmanes no
seguimos a ningún hombre en particular, por eso, ni siquiera somos
mahometanos. No rendimos culto a ninguna criatura sino solo al Creador,
El Uno y Único, El Todopoderoso, El Todo Compasivo y Todo
Misericordioso. Seguimos eso sí, a las enseñanzas de Dios (Allah) a
través de sus Profetas y Mensajeros. Creemos así en la Revelación dada
por Dios al Profeta Muhammad (El Corán), como también en las
revelaciones dadas a los otros mensajeros, que la Paz de Dios sea con
todos ellos; como la Torá de Moisés, los Salmos de David y el Evangelio
de Cristo, el verbo encarnado de Dios.
Además, el
acercamiento con otras religiones, especialmente con la judía y las
diferentes denominaciones cristianas, a través de Religiones por la
Paz, nos dan en El Salvador y diferentes países del Mundo, el insumo
necesario para considerarnos hermanos; dejando la extrañeza y la
confrontación por la amistad y la fraternidad, con todas las Religiones
del mundo.
Somos musulmanes
del siglo XXI, ávidos de conocimiento, pero embebidos no de un
modernismo, que no deja de ser confrontativo, sino del espíritu de
amplitud, hermandad y tolerancia de los primeros siglos del Islam.
Proclama pública de la Comunidad Salvadoreña Musulmana
1- Afirmamos que el
Islam es una religión de paz. Su nombre proviene de la paz interior que
se logra con la sumisión a la voluntad de Dios. Su saludo permanente
“SALAM ALEIKUM”, que significa la paz sea con ustedes, es un mensaje de
concordia, amor y ayuda al prójimo. Las sociedades islámicas han sido
históricamente amplias y tolerantes; e incluso cuando ha habido
violencia, ellas han sido normalmente las agredidas y no, las
agresoras; incluso hasta por los mismos extremistas que la dicen
representar. Como seres humanos, y como musulmanes estamos en contra de
la guerra y a favor de la paz, pidiéndole a Dios, más allá de nuestras
cinco oraciones diarias obligatorias, que la paz y la concordia se
establezcan en nuestro Mundo, cada vez más caótico.
2- Ratificamos que
somos una comunidad pacífica, que rechazamos la violencia, que aceptamos
a nuestros hermanos y hermanas de otras religiones y razas, con cariño
y tolerancia y que estamos en contra de todo tipo de violencia y
fanatismo, venga de donde venga.
3- El fanatismo es
causa de toda violencia. Los fanáticos que creen únicamente en su fe o
en sus principios y no toleran que otros piensen diferente a ellos,
están perdidos; y por sus métodos desproporcionados y violentos, están
afuera incluso del mismo grupo religioso, que dicen representar. Debe
también considerarse que el antifanatismo es también negativo; porque
el anti fanático es también fanático de su propio antagonismo.
4- En esta vorágine
de negatividades, tanto más necesario se hace, que los dirigentes
religiosos orienten a sus seguidores en un camino de paz y tolerancia; y
antes que eso, traten de obtener un sólido y adecuado conocimiento
mutuo; porque muchas veces la ignorancia revestida de sabiduría, es la
causa primera de la intolerancia. Fuera de ello, es necesario que los
medios de comunicación informen con objetividad sobre las religiones y
no de manera tendenciosa, como por desgracia sucede hoy a menudo en los
medios occidentales, en especial en lo que respecta al Islam; quien
ahora ocupa el lugar de otros pueblos que antes eran acusados
injustamente e incluso perseguidos.
5- Es necesario y más que eso, es esencial; evitar la intolerancia religiosa; buscando los puntos de concordia entre nuestras diferencias; y fomentando la paz, la solidaridad y la hermandad.
6- Desde el inicio
del Islam, el profeta Muhammad, la bendición y la paz sean con él y su
descendencia, dio una proclamación en su propio nombre y a cuya
observancia obligaba a todos los musulmanes de modo estricto hasta el
día de la Resurrección y terminación del Mundo; ordenando la protección
de todos los cristianos y judíos, que se encontraren en tierra
musulmana; tanto de su vida, pertenencias, templos, propiedades, etc.
Proclama hábilmente ocultada en Occidente e irrespetada por los fanáticos extremistas que existen en todos los grupos políticos y todas las religiones.
Proclama hábilmente ocultada en Occidente e irrespetada por los fanáticos extremistas que existen en todos los grupos políticos y todas las religiones.
7- Que consideramos
que la integración con otras religiones hermanas, en El Salvador a
través del Consejo de Religiones por la Paz, nos hace potencializar
nuestra fuerza y llevar más allá nuestro principio común: de amar a
Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos,
por amor de Dios; considerando que nadie es un verdadero creyente, si
no desea para su hermano, lo que desea para sí mismo.
8- Nuestro deseo
que las diferencias entre los salvadoreños y salvadoreñas se resuelvan
de forma pacífica, como hermanos, utilizando el diálogo y no la
confrontación; la paz y no la guerra; la tinta y no la sangre; la
concordia y no el enfrentamiento; y que reinen la justicia, el amor, la
libertad y la verdad, permanentemente.
9- Nuestra
Comunidad no tiene ningún interés partidarista que conlleve la búsqueda
del poder, ni la afiliación a ninguna bandera política, ni nuestra
inscripción a ningún partido político, ni nuestra colaboración en el
accionar político partidarista.
10- Nuestra
Salvadoreñidad y por consiguiente que estamos para ayudar a nuestro País
y no para actuar en su contra. Que amamos a El Salvador y que deseamos
para nuestro país y para todos los salvadoreños y salvadoreñas, las
bendiciones y la misericordia del único Dios; el Dios de todo, todos y
todas.
Salam Aleikum, wa rajmatuláh, wa barakatuju.
Que la Paz, la Misericordia de Dios y sus Bendiciones, se derramen sobre toda la Humanidad.
Amén.
Dr. Armando Bukele Kattán.
Imam de la Iglesia Islámica de El Salvador.
Imam de la Iglesia Islámica de El Salvador.
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